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viernes, 30 de enero de 2009

Cultura y música

Violinista en la catedral de Dublín

Todas las culturas tienen manifestaciones musicales. Incluso se ha demostrado que las ballenas se comunican gracias a un lenguaje sonoro que podríamos llamar musical, al igual que la mayoría de las aves, lo que sugiere un posible origen filogenético común.

La música está ligada a un grupo social y a sus acontecimientos, y es expresión de éstos últimos. Estos acontecimientos no son universales; por tanto no podemos decir que la música sea universal, por lo menos en cuanto a su contenido, significado e interpretación. Por ejemplo, es probable que las obras de Mozart carezcan de sentido musical para un indígena, quien entiende la música a partir estructuras psíquicas diferentes a las del mundo occidental.

Muchos piensan en cambio, que la música si es un lenguaje universal, puesto que varios de sus elementos, como, la melodía, la métrica, y especialmente la armonía ( relación entre las frecuencias de las diversas notas de un acorde ) son el resultado de un orden y unas determinadas proporciones matemáticas ( hecho que ya fue puesto de relieve por Pitágoras ), y, que los humanos, en mayor o menor medida, estamos naturalmente capacitados para percibir como bello dicho orden matemático.

El compositor (creador de música) delega en el intérprete (emisor) la ejecución de sus obras. que en ocasiones transmiten en la música determinados hechos y sentimientos a través de una secuencia de sonidos. También existen culturas musicales que no tienen en cuenta la separación occidental entre creador/intérprete, ya que la música es improvisada principalmente.

Música y emociones

La música, como parte de un proceso compositivo de raíz psico-anímica, tiene una importante base emocional-sentimental. Ejemplo de ello es que la mayor parte de la música popular contemporánea gira en torno a temas relacionados con el amor y sus vicisitudes (desengaños, apasionamiento...). En base a ello, los diferentes géneros musicales que han ido surgiendo a lo largo de la historia se han relacionado en mayor o menor medida con la diversidad de emociones y sentimientos de la experiencia humana (el amor, la muerte, la búsqueda de la felicidad). Así, por ejemplo, en la época del Romanticismo la música instrumental es considerada la mejor y más perfecta forma artística para expresar emociones que no se pueden decir con palabras. En la actualidad, con el surgimiento de la música popular de masas, aparecen nuevos estilos que también podríamos relacionarlos en mayor o menor medida con la expresión de emociones.

Por dar algunos ejemplos:

El jazz nace como expresión de libertad por parte de una población negra marginada, lo que se refleja en su alto grado de improvisación.

El heavy metal ha evolucionado a partir del rock and roll y el hard rock caracterizado por ritmos potentes logrados mediante la utilización de guitarras distorsionadas, baterías con doble bombo o doble pedal, y bajos pronunciados.[1]

En cambio, algunos géneros de música de baile, como el dance, están más relacionados con el hedonismo y el disfrute de la vida. El carácter repetitivo de los ritmos de baile puede tener una componente iniciática que llevaría idealmente al auditorio a un estado de catarsis con y por el baile.

En cualquier caso, la capacidad de la música de expresar emociones ha sido puesta en duda por importantes músicos, como Igor Stravinski. Lo que parece demostrado es que las emociones que una música sugiere al auditorio están relacionadas con aspectos socioculturales e históricos, y no son universales.

Italo disco

Italo disco es un término que refiere a varios tipos de música disco, pop y dance europea que fueron desarrollados durante la década de 1980 en Italia, Alemania, España y otras partes de Europa. La música Italo disco tiene un sonido distintivo y futurista que se creó con sintetizadores, cajas de ritmos, y vocoderes. Durante los años 80, el término "Italo-disco" se usó en Europa para describir todos las producciones de música dance no basadas en el Reino Unido, incluyendo algunas de Canadá. En el Reino Unido y los EE. UU., el Italo-disco fue prácticamente desconocido para los consumidores centrales

Música

La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos.

El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.

La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.).

La música académica occidental ha desarrollado un método de escritura basado en el pentagrama y las notas musicales

Las definiciones parten desde el seno de las culturas, y así, el sentido de las expresiones musicales se ve afectado por cuestiones psicológicas, sociales, culturales e históricas. De esta forma, surgen múltiples y diversas definiciones que pueden ser válidas en el momento de expresar qué se entiende por música.

Una definición bastante amplia determina que música es sonoridad organizada (según una formulación perceptible, coherente y significativa). Esta definición parte de que —en aquello a lo que consensualmente se puede denominar "música"— se pueden percibir ciertos patrones del "flujo sonoro" en función de cómo las propiedades del sonido son aprendidas y procesadas por los humanos (hay incluso quienes consideran que también por los animales).

Hoy en día es frecuente trabajar con un concepto de música basado en tres atributos esenciales: que utiliza sonidos, que es un producto humano (y en este sentido, artificial) y que predomina la función estética (o sea, es un arte).

Según el compositor Claude Debussy, la música es "un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye: el instrumento, el instrumentista, el creador y su obra, un medio propagador y un sistema receptor.

Una de las definiciones más tradicionales es "la música es el arte del bien combinar los sonidos con los silencios".

Las ideas de los antiguos filósofos griegos concuerdan con las especulaciones de los eruditos en la época medieval, estudiando y definiendo a la música como un conjunto de tonos ordenados de manera horizontal (melodías) y vertical (armonía). Este orden o estructura que deben tener un grupo de sonidos para ser llamados música está, por ejemplo, presente en las aseveraciones del filósofo Alemán Goethe cuando la comparaba con la arquitectura, definiendo a la última como "música congelada". La mayoría coincide en el aspecto de la estructura, pero algunos teóricos modernos difieren en que el resultado deba ser placentero o agradable. Para comprender el desarrollo de esta maravillosa forma de arte, exploraremos su evolución en occidente, tanto en su tradición clásica o docta como en sus formas populares.


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